Los detectores de llamas por infrarrojos se utilizan para detectar llamas abiertas en interiores o exteriores. Son especialmente adecuados para incendios por gas o líquidos sin humo, así como para incendios de materiales que contienen carbono con gran cantidad de humo. Las áreas de aplicación típicas son: grandes almacenes industriales, hangares, instalaciones químicas, refinerías de petróleo, salas de máquinas, ferries y barcos de mercancías, centrales eléctricas, plantas de impresión, almacenes de maderas o túneles subterráneos
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